El Barroco cosechó un formidable éxito durante los siglo XVII y XVIII como estilo preferido por todas las clases sociales europeas con cierta posición económica, en especial la burguesía recientemente incorporada. Cuando empezó su declive y a hacerse eminentemente palaciego, aún se prolongó en una exacerbación de sus posibilidades. Ante la demanda de una alta clase social, la aristocracia, que quería llegar a los límites de un estilo aún más sofisticado y refinado y en contra del Barroco adoptado por el poder absolutista, nació el estilo Rococó. Se desarrolló en Francia durante unas pocas décadas, a partir de la mitad del siglo XVIII, como un arte individualista, netamente ornamental y mundano.

Se caracterizó por su índole hedonista, intimista; más cerca de la atmósfera recogida, refinada e intelectual de los salones y palacetes de la aristocracia que del ceremonial solemne y riguroso de Versalles. Las pinturas ilustran encantadoras escenas bucólicas, mitológicas o pastoriles, que describen el espíritu y los ambientes frívolos y despreocupados de la época. La utilización de la línea curva, de los colores claros, los tonos pastel y el privilegio del color sobre el dibujo, añadidos a la temática, introducen delicadeza, elegancia y gracia en la composición.

Desde Francia, dónde sería reconocido como patrimonio nacional, el Rococó logró difundirse por toda Europa, creando escuelas en todos los países europeos, pero manteniendo las características más importantes del modelo francés. A partir de 1830, adquirió un segundo florecimiento como testimonio de una determinada fase de la cultura europea, del estilo de vida de un estatus social específico, y como un bien valioso por su mérito artístico propio y único, capaz de integrarse en temáticas centrales del arte moderno.

Haciendo clic en el botón puedes comprar el capítulo 9 del libro La Micología en las Artes: El romanticismo y el realismo del S. XIX.

Recuerda que todos los beneficios obtenidos con la venta de este libro o de sus capítulos serán donados a la fundación Manos Unidas.